Ni las tristezas que atacan a menudo a mi corazón, ni las desilusiones que pude haber sufrido durante los pasados años, ni la inevitable incertidumbre que siento ante lo que vendrá, ni la soledad no deseada en la que me encuentro viviendo... ¡Nada me impedirá segir sonriendo!
Ni los miedos y el pánico que siento ante lo que cada día veo que sigue ocurriendo en el mundo, y que no sólo no acaba, sino que cada vez va a más... Ni la depresión que por ello, y dada mi extraordinaria sensibilidad, podría apoderarse de mí... Ni el insoportable sufrimiento que, a veces, no puedo evitar que juguetee con mi corazón como si fuera un balón de fútbol... ¡Nada me impedirá seguir soñando!
Ni la desesperación y la impotencia que cada injustica de que tengo noticia pueda hacerme sentir, o las desgracias que, por tener televisión y radio, logren traspasar fronteras y venir a visitarme, y mucho menos el odio que no deseo conocer o cualquier ofensa que de alguien pueda recibir... ¡Nada me impedirá seguir amando!
Mientras nunca olvide que debo aprender de mis errores y equivocaciones, y jamás dejarme hundir o bloquearme por el miedo al fracaso... Todo me será favorable... Pues ese constante aprendizaje siempre me permitirá evolucionar, perseverar, servir a los demás, cantar, agradecer, perdonar y olvidar, recomenzar...
Por ello, hace mucho tiempo ya, tomé la sabia decisión de desear vivir el día de hoy como si fuese el primero, como si fuese el último, como si fuese el único... Para, así, poder aprovecharmo al máximo al explimirlo hasta sus últimas consecuencias...
Por eso, he podido aprender a vivir cada momento de mi existencia como si aún fuera temprano, como si nunca fuera tarde...
Y desde niña me prometí a mí misma, mantener siempre vivo mi optimismo, conservar intacto mi equilibrio interior y fortalecer mis ilusiones y mis esperanzas... Y he procurado, también, recomponer mis energías positivas para prosperar adecuadamente en la misión esencial de todo ser humano, amar al prójimo como a uno mismo sin pedir ni esperar nada a cambio, y, de este modo, poder vivir alegre y felizmente todos los días de mi vida...
Deseo caminar con toda la tranquilidad de saber quién soy y cuál va a ser mi punto de llegada... Y quiero luchar con la confianza y la seguridad de que voy a ganar la batalla...
En fin, quiero empezar a dar lo máximo de mí, sin esperar ni pedir nada a cambio, para poder vivir intensa y maravillosamente ¡todos los días de mi vida!
Pues tengo la esperanza de que si consigo vivir de ese modo podré llegar a convertirme para todos los seres que amo, y también, por qué no, para los que se crucen en mi camino y se sientan vacíos... ¡En un verdadero y refrescante rocío de vida
